Certificados energéticos: Para que sirven y como entenderlos.

¿Para qué sirve el certificado energético? ¿Cómo comprenderlo? ¿Cuánto gasta mi casa?

Para muchos el Certificado Energético no es más que un documento que la Unión Europea nos obliga a presentar para vender o alquilar nuestra vivienda o local. Seguramente muchos, lo interpretéis como un nuevo impuesto o una nueva tasa que se han inventado para recaudar más.

Es importante que los profesionales expliquemos para que sirve y el por qué de este tipo de certificados.

Desde A-trium Arquitectos os proponemos la siguiente reflexión para que se entienda mejor la importancia de las Certificaciones de Eficiencia Energética. Partamos de una pregunta sencilla:

 

¿Sabes cuánto consume tu coche?

Seguramente la gran mayoría de nosotros en algún momento de nuestra vida decidamos comprarnos un vehículo. Para muchos, junto con la vivienda, esta es una de las inversiones más importantes a las que hacer frente a lo largo de nuestra vida. Ahora pensemos en que nos fijamos a la hora de adquirir un vehículo: precio, mecánica, estética… y cada vez más, en el consumo.

Si sabemos cuánto combustible consume nuestro vehículo y es un factor decisivo cuando tomamos la decisión de adquirirlo ¿por qué no hacer lo mismo con nuestra vivienda o local?

La información aportada en el C.E.E. nos indica el consumo de energía que la vivienda requiere para ser habitada en condiciones normales. Esto incluye los consumos en calefacción, aire acondicionado y agua caliente; y en el caso de locales y oficinas en iluminación. Estos consumos se pueden realizar tanto en electricidad como en combustibles (gas, gasoil, butano, biomasa…)

Todos estos consumos están expresados en el CEE en kWh/m2 y en los Kg de CO2 emitidos para obtener esta energía consumida.

 

Y estos consumos, ¿en EUROS cuanto son?

El mayor problema que tienen los CEE para su interpretación y aceptación por la sociedad es que expresan los datos de consumo en emisiones de CO2 y no en términos de ahorro económico, en euros.

Esto es debido a que el precio de la energía (del gas, de la electricidad, del gasoil…) es variable mientras que los datos de consumo son fijos.

Podemos tener una estimación del gasto multiplicando los kWh/m2 por año, que parecen en el Apartado 3 «Calificación parcial del consumo de energía primaria» del Anexo II del CEE, por el precio del consumible necesario.

Apartado 3 "Calificación parcial del consumo de energía primaria" del Anexo II del CEE.

A día de hoy (Mayo de 2015) podemos considerar los siguientes precios:

Precios Combustibles a Mayo 2015En el ejemplo de la imagen la superficie de la vivienda es de 80m2 y la calefacción y el agua caliente sanitaria (ACS) son producidos por gasoil y la refrigeración es eléctrica. Por lo que se prevé un gasto de:

– Consumo Calefacción y ACS (149,67 + 16,13) x Superficie x Precio =

165,80 kWh/m2  x  80m x  0,0583 €/kWh = 773,29€ al año

– Consumo Refrigeración x Superficie x Precio =

7,12kWh/m2 x 80m2 x 0,1241 €/kWh = 70,69€ al año

Lo que hace un gasto total estimado con un uso racional de la vivienda de 843,98€ al año.

 

Cálculo rápido

Otra forma rápida de hacer un cálculo orientativo del consumo de nuestra vivienda es a partir de los datos obtenidos por el  Ecoobservatorio, a partir del análisis estadístico de los certificados energéticos realizados a través del portal web «Certicalia».

Para VIVIENDAS EN BLOQUE:

Las siguientes tablas hacen una media según los datos obtenidos en certificaciones realizadas para viviendas en bloque.

  • La primera gráfica expresa las emisiones medias de kg de CO2 por m2 en un año según calificación. Hay que recordar que este dato es el que determina la calificación.
  • La segunda gráfica expresa el consumo medio de energía en KWh por m2 en un año según calificación.
  • Y la tercera nos indica la media de gasto económico para cada calificación en euros por m2 en un año según calificación.

Consumo Viviendas en Bloque

De estas tres gráficas la que realmente nos interesa para nuestras cuentas es la ultima. A partir de sus datos podremos calcular fácilmente el gasto de una vivienda sabiendo su superficie y calificación.

Por ejemplo para un piso de 100m2, la diferencia de gasto entre un F y una D será:

  • Vivienda calificada «D» = 100m2 x 6,54€/m2 = 654€ al año
  • Vivienda calificada F» = 100m2 x 13,57€/m2 = 1.357€ al año
  • Ahorro Vivienda «F» sobre «G» = 703€

En la siguiente tabla podemos ver el porcentaje de ahorro que supone variar de una letra a otra según los datos anteriores:

Tabla de ahorros

Podemos ver que el hecho de variar una letra nos supone un ahorro medio de más del 25% y que si variamos dos letras los gastos se reducirían prácticamente a la mitad.

A continuación tenemos las mismas gráficas pero para VIVIENDAS UNIFAMILIARES:

Consumos Viviendas Unifamiliares

 

Conclusiones finales

Los datos usados por el Ecobservatorio son en base a los certificados realizados y por tanto pueden variar con el tiempo y deben ser considerados como meramente orientativos.

Si bien la letra nos da una idea del consumo de la vivienda, no podemos entenderlo como un valor absoluto. Dentro de cada letra hay un alto rango de valores. Entre una y otra normalmente hay valores distanciados pero ocasionalmente pueden estar separados por décimas.

Si queremos tener una idea más aproximada del consumo de la vivienda deberemos usar el método «de los kWh». Siempre teniendo en cuenta que el precio de los combustibles es variable, sobre todo en los combustibles fósiles.

Si además de un interés económico, tenemos un interés moral con el medio ambiente, deberemos fijarnos en los CO2 emitidos por la vivienda.  Las datos de consumo de CO2 son orientativos, ya que variaran según el uso que hagamos de la vivienda. Por ejemplo, si hacemos un mal uso y ponemos la calefacción a 27ºC en invierno y el aire acondicionado a 19ºC en verano, los consumos serán considerablemente mayores que los recogidos por el certificado. Es lo mismo que si con un coche hacemos una conducción suave o una conducción agresiva, en el segundo caso consumirá más. En cualquier caso la vivienda o el coche con mayor eficiencia siempre consumirán menos para el mismo usuario.